Kingdom Hospital (EU, 2004), dir. Craig R. Baxley
Para los que vimos y gustamos de Riget, miniserie danesa mejor conocida por su nombre en inglés, The Kingdom, el anuncio de su versión estadounidense, Kingdom Hospital, causó al menos curiosidad. Y es que la serie realizada por Lars von Trier en 1994 es tan buena que atrapa irremediablemente al espectador, quien termina casi por entender danés a fuerza de buenas actuaciones. Es tan buena que casi se olvida lo difícil que es encontrar la serie, a menos que no se tenga empacho en gastar en los DVDs o se tenga en la cartera una credencial de un videoclub respetable. Ni hablar de la secuela de 1997, casi imposible de conseguir.
La adaptación para la tele gringa, que actualmente se transmite por AXN todos los lunes a las 9pm, es responsabilidad de Stephen King, quien también funge como productor, junto a Mark Carlinger y el mismo Von Trier. King, si bien parte de los ejes principales de la historia original, pone también mucho de su cosecha, supuestamente inspirado por una experiencia personal en un hospital.
El nuevo Kingdom pretende seguir el mismo espíritu de la original: contar las múltiples historias que se desarrollan al enfrentar a un grupo de médicos, adictos a la racionalidad, con una serie de fenómenos paranormales que echan por tierra sus convicciones. Pero el resultado no es el mismo… El hincapié de Von Trier en el carácter deshumanizador que puede tener una ciencia como la medicina al perder contacto con la realidad evidente y dar prioridad a la razón pura se diluye, para dar paso a la historia más bien linda y con mensaje. La atmósfera cruda y escalofriante se suaviza, coqueteando más con Buffy que con The Twilight Zone (la original, conste).
El hospital donde ocurre toda la acción está construido en donde ocurrieron terribles desgracias en el pasado, mismas que tendrán consecuencias en su presente. En el caso danés, el lugar era una ciénega donde realizaban su labor los bleachers (blanqueadores de tela) que consumían sus pulmones al inhalar cloro constantemente; para los gringos, el cimiento del edificio es un molino en el que se confeccionaban uniformes militares durante la guerra civil y que terminó con un incendio en el que murieron todos los niños que laboraban en él.
En el elenco destacan Andrew Mc Carthy (sí, el protagonista de Me enamoré de un maniquí y uno de los jóvenes que se enfrenta a la vida adulta en St. Elmo’s Fire), Diane Ladd (actriz galardonada y madre de Laura Dern, una de las chicas David Lynch), Bruce Davison (que puede ser recordado como el gelatinoso Senador Robert Kelly de X-Men) y Ed Begley Jr. (a quien pueden ver también en Six Feet Under). Cabe mencionar que Stephen King, además de la producción y adaptación de la serie, también se encargó de dar vida a Johnny B. Goode, personaje que aparece en el último episodio, y publicó The Journals of Eleanor Druse, libro complementario en el que la mujer que se encarga de contactar a los seres fantasmales cuenta su historia.
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Publicado originalmente en: La Crónica Cultural, no. 77 (18 sept. 2004), p. 15.
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